Así las cosas, este año Inglaterra usó por primera vez una camiseta de una marca no inglesa. En el Etihad, ante el Manchester City, tocó vestir con la segunda equipación, que en aquel año tenía la camiseta a rayas blanquirrojas». La tradicional franja roja central se queda este año en franjita, y encima las mangas son granates. Estas camisetas son una selección muy subjetiva, otras como la segunda equipación de Bélgica o las de Argentina o Inglaterra también han gustado mucho. Estas no entusiasmaron mucho a la directiva, pero por aquel entonces parecía inviable exigir una devolución. Aún así tampoco hubio suerte. 5. Los artículos de indumentaria no coincidentes, por ejemplo, una chaqueta de cuero sobre un vestido vaporoso o una prenda formal combinada con otra informal; pueden ser muy estimulantes para el cerebro, que así goza de novedad y sorpresa. No fue hasta 2005 cuando se estrenaron ante un equipo de la Premier League, el Bolton, ante el que vistieron con la tercera indumentaria de la temporada del centenario, de diferentes tonos azules». Sin embargo, cuando probaron a repartir a un tercer grupo idénticas prendas pero diciendo que eran de pintor, comprobaron que perdía en buen grado dicho «efecto» de concentración.
Sin embargo, la capacidad de influencia de la ropa no se limita a prendas con atributos simbólicos. «Como adultos, la ropa se convierte en nuestra identidad, y actúa como un receptáculo externo para nuestros recuerdos, nuestros sueños, experiencias y recuerdos que parecen convertirse en la trama misma del tejido de algunas prendas que vestimos. «Cuando nos ponemos una prenda asociada a experiencias felices anteriores, desencadena los recuerdos positivos que, a su vez, provocan la recreación de las mismas respuestas emocionales», dice la psicóloga. El llevar puesta una prenda a la que concedamos una importancia especial por los recuerdos a los que va asociados puede llegar incluso a desencadenar un sentimiento conectado a ello. Por ello, según concluyeron en 2012, la cognición «investida» está condicionada tanto por los atributos simbólicos otorgados a dicha prenda -una prueba preliminar reveló que la bata de laboratorio se asocia a atención y meticulosidad-, como de la experiencia física de llevar esa ropa.
Esta firma, que empezó fabricando ropa interior a principios de siglo, tuvo un boom entre mediados de los 70 y principios de los 80. Firmó un acuerdo con el Leeds United, entonces uno de los equipos punteros de Inglaterra, que le llevó a ganar contratos con otros equipos como el Manchester United, el Tottenham, el West Ham o selecciones como la de Bélgica. En 1990 Barbara Fredrickson, profesora de Psicología en la Universidad de Carolina del Norte, ya había descubierto mediante otro experimento que las mujeres que realizaron un examen de matemáticas en bañador lo hicieron peor que las mujeres que se examinaron vestidas con un suéter. La doctora Karen Pine, profesora de Psicología del Desarrollo en la Universidad de Hertfordshire (Inglaterra), pidió a un grupo de alumnos que fueran a clase vestidos con la camiseta de Superman. Kaska pidió la anulación del partido (ganado por el Inter 3-0) y que se prohibiera al equipo milanés utilizar de nuevo esa camiseta.
El diseño de la camiseta colombiana, amarilla en su práctica totalidad, se ha ganado el reconocimiento de todos por su equilibrio pero también por las famosas franjas azules y rojas a la altura del pecho que han disparado alguna que otra imaginación y por las rayas negras en la parte superior. De lo que no cabe duda es de que están de acuerdo sobre la innegable influencia que ejerce la ropa sobre los procesos psicológicos de quien la lleva puesta. 6. La ropa suelta y los zapatos planos permiten movimientos sin restricciones, libres, asociados con la aventura y los viajes. En la Canarinha manda el amarillo y tan sólo el cuello y los logos se permiten un toque verde. Esta vez además no acaba de haber acuerdo sobre qué camiseta es más bonita si la primera o la segunda equipación porque la verdad es que las dos, la primera blanca y negra y la segunda, verde y estampada, son realmente atractivas. Adoptamos las características que asociamos a esa prenda y esto tiene realmente el poder de cambiar la forma en que pensamos, un proceso llamado “cognición investida”», explica.